Entre los diversos aceites de cocina tenemos que el aceite de oliva es de los más, especialmente cuando lo encontramos extra virgen, prensado en frío y sin refinar.
El acido oleico es el acido graso principal del aceite de oliva, es un acido graso monoinsaturado, Omega 9. Precisamente porque es monoinsaturado el aceite de oliva es más estable, menos afectado por la rancidez y resiste mucho mejor el calor que los poliinsaturados, como los aceites de girasol, maíz o cártamo, por esta razón es que es tan recomendado para cocinar.
El aceite de oliva es muy utilizado como remedio natural en países del mar Mediterráneo para combatir cálculos biliares, también se dice que contribuye a eliminar los cálculos renales en particular cuando se toma una cucharada de té de aceite de oliva después de ingerir el jugo de dos limones de tamaño medio.
El aceite de oliva también se emplea en personas con problemas de estreñimiento. Usarlo cotidianamente ayuda en gran medida a reducir los altos niveles de colesterol. Otro uso, un tanto extremo es su aplicación para el tratamiento de quemaduras, torceduras y contusiones.
Otros usos muy comunes del aceite de oliva son en belleza, por ejemplo en preparación de Mascarillas, y por si fuera poco el aceite de oliva es muy valorado por su empleo en Aderezos y ensaladas, pues otorga un sabor y olor muy especiales que despiertan el apetito.